La Toscana, Italia

Un abril de sensaciones



...."Descendiendo de Pisa, avistando los primeros cipreses, los pinos, sintiendo el olor desde la ventanilla del auto bajada hasta la mitad, no solamente en verano se percibe la atmósfera abrazadora, el perfume, el sabor de la tierra de La Toscana.
Y no sólo en primavera.... en cualquier otro día de sol otoñal o invernal: mejor aún, cuando el día es húmedo, diría aún más, pesante, bochornoso, los olores se alzan más intensamente, fuertes, ásperos, y tú sientes final y totalmente ese estar en Toscana"...


Este escrito de Gianni Nigro bien podría resumir mis primeras impresiones de esta maravillosa tierra cuando aterricé en ella por primera vez hará un par de semanas.


Bella, regia, vasta, verde, sembrada, única. Regada por arroyos, por riachuelos y por la sangre de las innumerables batallas que en sus campos tuvieron lugar entre sieneses y "fiorentinos" durante siglos. Y regada por afamados y trabajados viñedos, de buenas castas, de retorcidas cepas, de añejos sabores, de bodegas y ancestrales costumbres. Tierra de arraigadas tradiciones y sencillez de gentes.




Tierra etrusca de campos de cipreses salpicados cual pinceles estirados que despliegan toda su paleta de verdes en primavera y de ocres durante el estío.




Cipreses, sí. En La Toscana. Creo que no me quedé ni uno atrás...los fotografié todos!!!...jeje.




¿Queréis saber el por qué de estos árboles en el corazón de Italia? Ahí va:




Etimológicamente hablando, unos dicen que tomó su nombre de la mediterránea isla de Chipre. Otros creen que su nombre  puede proceder de Cyparisso, asistente de Apolo que se convirtió en ciprés después de haber matado al ciervo de Apolo por error.

En la cultura greco-romana fue símbolo de la hospitalidad, de ahí su ubicación entorno a las casa y villas. De entre las notables cualidades de este árbol está la de su gran durabilidad, las obras hechas con esta madera durarán siempre, resiste al tiempo, es fuerte. Se dice que no sólo el Arca de Noé fue construida con esta madera, también los sarcófagos de las momias egipcias. Mismamente el filósofo griego Platón escribió cómo las leyes deberían grabarse en madera de ciprés por ser más resistente que el metal.
Plinio contó cómo algunos de los cipreses de Roma eran más antiguos que la propia ciudad.
Como dato curioso, las puertas de la basílica de San Pedro del Vaticano tienen muchos siglos y son de ciprés.

Dicen también algunas lenguas que un campo de cipreses constituía una buena dote  de padres adinerados, para poder pagar la boda de sus hijas.

Sin embargo por la dureza de su madera, muchos bosques de cipreses fueron talados en la Antiguedad para la construcción de barcos.




La flexibilidad y resistencia del ciprés hace que haya sido aprovechado para formar barreras contra el viento. Por ello es tan común encontrarlos al borde de los caminos y rodeando las viviendas, 










Dejando a un lado el ciprés y centrándonos en el paisaje cabe apuntar simplemente, ante el  hecho de observarlo pausadamente, que esta tierra ha sido bendecida con buenas cosechas, buenas chacinas y excelentes caldos, donde las "nonas" aún tejen calcetas "por la fresca" en la puerta de su casa y los "nonos" van a echarse la partidita tras la merecida siesta.




Sigo escribiendo y puedo recordar en cada fotografía esos aromas y esencias desprendidos gratuitamente con cada ráfaga de viento que despeinaba mi melena conduciendo por esos caminos de cabras....Ay!!! mi pobrecillo fiat panda...por esos caminos de Dios. Qué valiente auto!




Y sigo sumergida entre tanto recuerdo y emborrachada de tanta belleza, tanta piedra del medievo, las calles empinadas de Montalcino, Montepulciano o Cortona, las preciosísimas murallas de Monteriggioni o de Buonconvento o Montefioralle....Dios pudo haber construido su Edén en esta parte del mundo, en estos parajes tan bellos sin duda.




Y los atardeceres....dorados y anaranjados, se multiplican y se expanden como colofón a dias soñados, días de películas....en la Toscana.








Toscana es buque insignia de variopintos morapios: el jovencísimo Brunello de Montalcino, los veteranos Chianti, los sorprendentes Montepulciano....todos tienen cabida en inexpertos paladares de visitantes que amamos el buen gusto, el saber hacer y la buena cocina. Y nos dejamos llevar de la mano de gente extraordinaria, dueñas de su hacienda que aman la tierra que los vio nacer. Tierra labrada, cultivada a golpe de entusiasmo y perseverancia. Viñedos en perfecta fila y olivos centenarios dibujan un paisaje muy parecido a mi tierra, Extremadura.







Agradecida por la grata acogida me despedí de esta tierra con la sensación de haberme encontrado en todo momento en mi casa.

La Toscana tiene un plus que es su hospitalidad, ese regusto hogareño que amén de sus paisajes, sus aldeas y sus vinos hacen de esta tierra un lugar al que desear volver nada más irte.





Esta entrada se la dedico a todos los que creyeron, confiaron y me animaron a realizar este sueño: perderme por la Toscana, un sueño pospuesto en varias ocasiones.    

Gracias a los que, a pesar de la distancia quisieron estar muy cerca de mí, y lo estuvieron.

Va por ustedes!!                                                













4 comentarios:

  1. Siento decirte que te falta un ciprés en esas imágenes, jejeje, el más resistente y que no se puede alinear con los demás, porque es diferente y quizás el más fuerte de todos ellos. Adivina cuál es...;-)

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    1. Adivino cual es!! Ese ciprés estaba ahí, erguido pero sin alinear, resistente como el que más y mucho más valioso que ningún otro porque ha resistido tempestades y crudos inviernos y siempre florece en primavera. Siempre. Sí que es diferente. Para mí es especial. Gracias por apreciar su esencia. Besos.

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  2. Bellísimo como siempre!!
    Gracias por hacer q nos enamoremos de lugares recónditos en los q nunca estuvimos. Tu siempre sabes sacar lo mejor de cada lugar bajo tus ojos de artista.
    Espero con ansiedad tu próximo viaje.
    Felicidades hermana!!

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  3. Querida Maribel....gracias por esa disposición tuya a disfrutar de todo lo que yo ofrezco aquí que no es ni más ni menos que mi particular visión sobre el mundo a través de mis fotos y mi particular modo de transmitir con los textos lo que no se ve ellas.

    No sé lo que sería en otra vida pero sí sé lo que quiero ser en ésta...viajera incansable, captadora de paisajes bellos y disfrutadora de todo lo que en mis escapadas se me ofrezca. Y tú que lo veas y nos podamos reunir cuantas más veces mejor para hacerte partícipe.

    Yo sí que espero con ansiedad volver a verte. Muchos besos hermana !!

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